Con algunos meses de retraso, el pasado 15 de julio se publicó en el BOE el borrador del reglamento que formará el marco regulatorio de (entre otras cosas) la emisión y recepción de la factura electrónica entre empresas y autónomos.
La obligatoriedad de emitir y recibir factura electrónica a todas las empresas y autónomos, se acerca y pone nerviosos a los emprendedores y a las pequeñas empresas por varias razones:
1. Cambios técnicos: La emisión de facturas electrónicas implica la implementación de nuevos sistemas y software, lo que puede suponer un reto técnico para las empresas que no están familiarizadas con estas tecnologías.
2. Costos adicionales: Aunque a largo plazo la factura electrónica puede generar ahorros, la implementación inicial puede requerir una inversión significativa. Esto incluye la compra o la suscripción a software de facturación, posiblemente la contratación de expertos en IT y formación del personal.
3. Capacitación de personal: Puede ser necesario capacitar al personal en el uso de nuevos sistemas de facturación electrónica. Esto puede ser un proceso que consume tiempo y recursos.
4. Problemas de privacidad y seguridad: La factura electrónica implica el manejo de datos sensibles de forma digital, lo que puede aumentar los riesgos de privacidad y seguridad. Las pequeñas empresas pueden no tener el conocimiento o los recursos para manejar estos problemas de manera efectiva.
5. Cumplimiento normativo: Las facturas electrónicas están sujetas a una serie de requisitos legales y reglamentarios. El incumplimiento de estos requisitos puede resultar en sanciones. Entender y mantenerse al día con estos requisitos puede ser un desafío, especialmente para las pequeñas empresas.
6. Resistencia al cambio: Como con cualquier cambio importante en los procedimientos operativos, puede haber una resistencia natural al cambio. Esto puede ser especialmente cierto para las empresas más pequeñas y las que han estado en funcionamiento durante mucho tiempo.
Sin embargo, es el cometido de las empresas que proporcionamos las herramientas para la factura electrónica, conseguir que las aplicaciones cumplan con la normativa, a la vez que supongan un camino fácil para el aprendizaje del personal que ha de utilizarlas.
Por cierto, nuestros actuales clientes no tendrán que preocuparse porque las aplicaciones que utilizan ya están preparadas para la factura electrónica y, tan pronto como se publique el reglamento definitivo, recibirán la actualización necesaria (sin coste añadido) para que puedan cumplir con todos los requisitos estándar y los que aparecerán en el reglamento final.
De nada!
